VIDA SALUDABLE CONSEJOS
Y ahora toca elegir una profesión…
El último curso de Bachillerato, es un año atípico en la vida académica de nuestros educandos. A nivel curricular y estructural, se hace intenso y corto: en aproximadamente siete meses se imparten las clases, se presentan trabajos, se cierran los temarios de las asignaturas y se evalúa al alumnado, para luego repasar para la PAU (Prueba de Acceso a la Universidad), que este año en Canarias, será del 5 al 8 de Junio. En nuestro centro educativo, además, aquellos alumnos/as que cursan el Programa del Diploma, en el mes de mayo, se presentan a la convocatoria anual de evaluación externa del Bachillerato Internacional.
Siendo así, no cabe duda sobre la necesidad de dedicar mucho tiempo y concentración a los estudios. Si a ello añadimos la necesidad de elegir una carrera, la expectativa en alcanzar una nota de corte de acceso a la misma, la incertidumbre por ir a vivir fuera de casa por primera vez, en una ciudad todavía desconocida y el intento de encajar el deseo personal con las posibilidades familiares, podemos entender la presión y la inseguridad por la que pasan nuestros jóvenes en este momento de su vida. Todo ello en pleno proceso de construcción de la identidad adulta, todavía en la adolescencia, etapa marcada por sucesivos y complejos cambios físicos, sociales y psicoemocionales.
¿Qué factores son decisivos a la hora de decidir un itinerario formativo y una profesión?
Elegir una carrera es una de las primeras grandes decisiones de la vida de una persona, importante para su futuro y una necesidad cuando se está concluyendo la etapa escolar. Diseñar un itinerario académico y profesional no es tarea fácil y depende de múltiples factores:
- Autoconocimiento: para elegir una profesión es muy importante tener claro cuáles son nuestros objetivos personales, nuestras fortalezas y debilidades, gustos, habilidades y competencias, conocimientos, destrezas, etc.
- La presión social: muchas veces se priorizan las posibilidades de mercado de trabajo futuro y retribución económica, frente a la satisfacción personal para ganar aceptación de grupos sociales o complacer a los deseos y expectativas de la familia, dejando en segundo plano los intereses personales.
- El temor al fracaso: la falta de confianza en sí mismo, el miedo a querer cambiar más delante de opinión respeto a la carrera elegida, a frustrarse y decepcionar a la familia, generan miedo y ansiedad…, potencian la indecisión.
- Conocer nuevas carreras creadas para un mercado de trabajo cambiante, exigente y competitivo: el ritmo frenético del mercado productivo y los avances tecnológicos, crean diariamente nuevas áreas del conocimiento y algunas carreras o estudios que aún hoy día son muy minoritarios pero que dentro de 20 años podrían ser los motores del mercado laboral. Por ello, este es un factor que genera inseguridad a nuestros jóvenes en este momento tan decisivo de sus vidas.
- El miedo a lo desconocido: ¿Dónde ir a vivir? ¿Cómo ir a donde quiero dentro de las posibilidades de mi familia? ¿Podré adaptarme a vivir fuera de casa? ¿Me gustará la carrera? ¿Seré capaz de aprobar las asignaturas? Son muchas novedades a que enfrentarse en esta nueva etapa y que generan dudas e inseguridades.
¿Cuál es el rol de los padres en este momento de decisión?
Este es también un momento delicado para la familia que asume un relevante papel en la definición de la vocación de sus hijos/as y sus decisiones en cuanto a su formación profesional. Os dejamos algunos consejos para prestarles una buena orientación y apoyo en este momento tan delicado:
- Ayúdalos a descubrirse: la buena comunicación es fundamental en este momento. Conoces a tus hijos/as y puedes ser de gran ayuda para que reflexionen sobre sus intereses y habilidades, o también, que áreas de conocimiento necesitan reforzar para alcanzar sus objetivos.
- Que no primen las tradiciones familiares ante las necesidades y/o deseo de su hijo/a: muchas veces, determinados comentarios pueden presionar al joven a decidirse por una profesión que es tradición en la familia, dar continuidad a un negocio familiar, o a realizar el sueño profesional frustrado de sus padres, lo que probablemente no le llevará a una realización personal futura.
- Ayúdales a decidirse, pero déjalos que tomen su propia decisión: ayúdales a investigar los temas de interés, apuntaros juntos a las charlas de las universidades, involúcrate en este proceso. Así, ambos conocerán más a fondo las diferentes profesiones. Su hijo/a se sentirá acompañado en este camino, y esto le dará más seguridad para elegir.
- Déjale claro tus posibilidades económicas para apoyarle en su formación e infórmate de posibles becas de estudio: equilibrar el deseo personal con el presupuesto familiar es fundamental y aporta una visión realista para la toma de decisiones. Además, en algunos casos, es posible que puedas optar a determinadas becas, siempre que se cumplan los requisitos establecidos en la Ley: Becas del Ministerio de Educación. Becas y ayudas convocadas por las consejerías de educación de cada Comunidad Autónoma (Becas y Ayudas del Gobierno de Canarias), Becas y ayudas propias de cada universidad (la mayoría de centros universitarios cuentan con su propio programa de becas y ayudas al estudio, en la página web de cada universidad podrás encontrar todos los detalles) y Becas de organismos privados.
- No le des tu aprobación, dale tu apoyo: lo mejor que puedes hacer es darle tu completo apoyo cuando ellos hayan elegido. Involúcrate con ellos en este proceso.
Departamento de Orientación
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