VIDA SALUDABLE CONSEJOS
Atrévete practicando algunas formas de hacerlo. Cada uno de nosotros tenemos nuestra propia identidad: tenemos nuestro nombre, nuestras características físicas, nuestra forma de ser, nuestros gustos, nuestras aficiones, nuestra forma de pensar, etc. La suma de todo ello es nuestra identidad: es lo que nos define y nos diferencia de los demás.
Al mismo tiempo, todos formamos parte de grupos. Por ejemplo, la mayoría de nosotros tenemos un grupo de amigos. Aunque todos los miembros del grupo sean diferentes, tenemos muchas cosas en común: cuando estamos juntos nos gusta hacer las mismas cosas y, a menudo, pensamos igual respecto a nuestros temas. Muchas veces, cuando nos juntamos en el grupo de amigos, cada uno renuncia a una pequeña parte de su forma de ser y asume la del grupo, pero sin llegar a renunciar nunca a ninguno de tus principios ni a ninguna de las cosas en las que cree de verdad.
En algunas ocasiones los miembros de los grupos ejercen alguna presión que nos limita a la hora de actuar o tomar decisiones, por ejemplo, cuando tenemos que comunicar algo que no queremos hacer, no queremos decir, etc. Para ello puedes practicar estas diferentes formas de decir “no”:
El dar largas, hace entender que no se quiere dar un NO sin más, para dejar plantado al amigo, y que se prefiere que pase tiempo a ver si se da cuenta que no existe interés alguno por lo que ofrece.
El huir del riesgo, sin atacar demasiado al que te dice u ofrece algo. De algún modo, se trata de no entrar en discusión.
Consiste en reflejar lo que el otro dice, usando incluso sus propias palabras, o al menos, reflejando con exactitud lo que quieren conseguir.
Es lo que hace mucha gente cuando no ve cómo salir del apuro: me voy, me las piro, me esfumo… A veces no se llega a verbalizar, pero se van, buscan cualquier distracción, fingen quizá que alguien les llama y se van, sin decir nada. O, en todo caso, se despiden educadamente:
El enfrentarse no quiere decir insultar sino, por ejemplo, discutir, hacer campaña contra, exigir unas ciertas normas dentro del grupo, oponerse claramente a ciertas decisiones que llevan riesgo, evitar de frente situaciones no aceptables para uno, etc.…
Se trata de exponer las razones por las cuales no aceptas loque te proponen, pero sin enjuiciar con ello directamente la conducta del otro.
Se trata de repetir siempre lo mismo, como un disco rayado. Es como si tuviera grabada la respuesta automática, y no hay nada que hacer, ya que suscita en el otro la resignación de que, ante una máquina, no vale la pena insistir pues repetirá lo grabado cuantas veces sea necesario y sin atender a nuestros mensajes.
Departamento de orientación
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