El viernes 17 de junio Elía Doumerc ofreció un repertorio muy complejo y variado que abarca desde el Clasicismo Vienés hasta el principio del Siglo XX.
26 jun. 2022
UN GRAN ARTISTA
Comenzó el programa con la Sonata en Fa Mayor KV 332 de W. A. Mozart, sonata que presenta grandes retos musicales y técnicos de gran precisión, de un estilo sumamente delicado. Doumerc pudo resolver y mostrar un dominio del estilo clasicista en todos sus aspectos técnicos, agógicos, dinámicos y formales. Especialmente se pueden destacar la ejecución del 1er y 3 er movimiento, con una destreza digital notable y un bello cantabile y sonido del 2º mov, adagio.
La obra es una de las más emblemáticas del Romanticismo y representa una de las páginas más grandes escritas por Chopin. La obra refleja un conflicto dramático entre dos polos: entre lo lírico y lo dramático que en ocasiones alcanza verdadero patetismo.
Elía ha mostrado una madurez interpretativa poco común. Mostró una gran sensibilidad y profundidad de comprensión de la obra, alcanzando grandes cotas como artista. La interpretación tuvo una respuesta enorme del público.
2ª Parte del Concierto
El pianista ofreció dos piezas de la famosísima Suite Bergamasque de C. Debussy: Preludio y Claro de Luna; las piezas reflejan un aire juvenil, lleno de juegos de colores cromáticos y un estado emocional despreocupado y fresco.
Elía ha mostrado entendimiento de las piezas impresionistas, haciendo sentir una gama mágica de colores que fue capaz de desvelar. En todo momento durante la ejecución de estas piezas se pudo ver la plena unión del pianista y el instrumento.
Para finalizar el Concierto Elía interpretó una de las más majestuosas obras para el piano, que representa la unión entre dos estilos musicales alejados en el tiempo como el Barroco de J. S. Bach y el Romanticismo tardío de F. Busoni, que es la Chacona en re menor. Esta obra es un verdadero monumento musical de enorme grandiosidad, profundidad y enorme amalgama de contrastes dramáticos y emocionales. La obra requiere del intérprete un dominio del instrumento magistral y la comprensión del universo arquitectónico de la obra; es una catedral sonora plasmada en el piano.
Doumerc pudo extraer la sonoridad del órgano, creando un mundo grandioso y sutil a la vez. Al terminar la obra, con su último acorde de Re mayor, tonalidad de esperanza, el público ovacionó al artista.
Elía ofreció un estudio de A. Scriabin, muy virtuoso, lleno de dramatismo y patetismo.
El Concierto ha sido una verdadera satisfacción para el público asistente y profesores. Deseamos a Elía nuevos retos artísticos, éxitos y que le acompañe siempre el amor a la Música.
Conservatorio Profesional de Música Arenas Albéniz