Tu sonrisa nos iluminará siempre
18 jun. 2023
“Desde hoy[17 de junio] una nueva estrella brilla en el cielo y tiene forma de H”. Esta es la despedida que nos ha dejado Helena Melián Fuentes, Helena con Hache, en su cuenta de Instagram.
Helena, veinte años, artista, encarnación de la alegría y la ternura, del coraje y el discernimiento que solo en seres extraordinarios resplandecen con tanto fulgor, se nos ha ido sin querer que la lloremos, brillando como el astro que siempre fue.
Evocando su amor incondicional por su Colegio, el Colegio Arenas, se nos viene a la mente la primera canción del vídeo que preparamos para despedir a su promoción en la graduación de segundo de Bachillerato. Se trataba de uno de los éxitos de Melocos: “Que cuando me vaya/ no caiga una lágrima por mí,/ que solo quede la amistad,/tanto sueños que recordar /…/ Que cuando me vaya… de aquí,/ de mi tierra, de mi gente,/ de mi tierra, la que me vio nacer,/la que me vio crecer, la que me vio ganar/ y me enseñó a perder”. Nos es fácil poner la voz de Helena a estas estrofas, y sentir que nos diría de corazón palabras así de consoladoras, en estos momentos en que su muerte se nos hace incomprensible e insoportable.
Helena se nos despide para siempre, dejándonos imborrables recuerdos de su paso por nuestro Colegio: su actuación, con un añito, en la que sería su primera Olimpiada; su temprana reivindicación al presentarse a los profesores (“Soy Helena con Hache”); su audiencia con Felipe VI, como premiada en Qué es un Rey para ti, en la que, además, leyó el discurso en representación de los galardonados, un discurso que quiso terminar con “Las Palmas de Gran Canaria” (no “Las Palmas”, como provincia), para dejar claro a los presentes, en el Palacio de El Pardo, en Madrid, el porqué de su pronunciación y de su acento.
Leer a Helena en Instagram es toda una experiencia vivencial y una preciosa lección de entereza: “Ahora, una vez identificado el miedo y analizada la causa, me toca seguir luchando /…/ Solo me queda secar las lágrimas y caminar firme y decidida hacia lo que venga.”
Y lo que el destino ideó para ella fue una vida corta, aunque vivida intensamente. Quiso el hado que su fortaleza inquebrantable (“Mi persona no es compatible con quedarse de brazos cruzados”) acompañara y consolara en este trance a sus padres amantísimos, a su apreciada familia, a su novio amado, a sus amigos y compañeros del alma. Se empeñó Fortuna en que Helena con Hache muriera joven, tal vez para que el recuerdo y el ejemplo que nos quedara de ella en quienes tuvimos la inmensa suerte de conocerla fuera el de su fuerza y vitalidad, el de su hermosura y su juventud.
O quizá en el cielo se precisen también, como en la tierra, almas semejantes a la de Helena, cuyo destello ilumine y guíe el camino de quienes hayan perdido toda esperanza.
Descanse en paz.